miércoles, 9 de marzo de 2011

LA PANACEA

         Hoy en día no concebimos nuestra vida sin las nuevas tecnologías. Cada vez más nos servimos de internet para relacionarnos y para realizar acciones de lo más cotidianas, desde sacar un billete de autobús hasta hacer la compra en un supermercado. Es innegable, por tanto, que las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida, y vivir de espaldas a ellas sería vivir de espaldas a la realidad. El mundo educativo también se ha hecho eco de esta idea y las últimas tendencias recalcan los importantes beneficios que puede tener el uso de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) para la formación de los alumnos, sobre todo en un momento en que los medios no paran de hablar de la crisis del sistema educativo y el fracaso escolar. Desde la propia Administración se está intentando fomentar el uso de las TIC y, muy lentamente, se está equipando a los centros de estas herramientas.

         Pero, ¿están los alumnos preparados para hacer frente a todas las posibilidades que las nuevas tecnologías les ofrecen? Los profesionales de la enseñanza sostienen que el recurso de las TIC no es efectivo, sino todo lo contrario. Si la mayoría de los estudiantes de secundaria no saben enfrentarse a un simple texto, ¿cómo van a ser capaces de afrontar la sobreinformación que les ofrece la red? Si los alumnos no entienden lo que leen, ¿cómo van a tener la capacidad crítica para discriminar los contenidos a los que acceden a través de internet? Los beneficios de las TIC se desvanecen ante esta realidad.

         Hay quien afirma que las nuevas tecnologías permiten que el alumno aprenda jugando y que el docente pueda acercarse al mundo del alumno, adaptarse a su forma de aprender a fin de motivarlo. Pero esto es un contrasentido: se critica la mala formación de los estudiantes, se dice que no saben expresarse y que no tienen cultura pero, detectadas estas carencias, ¡se siguen alimentando! Se les proporcionan ordenadores en clase que hacen que estén distraídos y no atiendan al profesor, se les proponen juegos en lugar de lecturas, se les da la información bien mascadita… Se nos vende la idea de que las nuevas tecnologías van a ser la “llave mágica” que va a solucionar todos los problemas que padece actualmente la educación, una suerte de “panacea universal” que va a ser capaz de despertar el interés de los alumnos, proporcionar una formación de calidad y prepararlos para la vida del siglo XXI pero, ¿no está creando alumnos cada vez más inútiles?

         Si las nuevas tecnologías invaden todos los aspectos de nuestra vida, ¿no es ahora más necesario que nunca inculcar sentido crítico a las nuevas generaciones? Un buen uso de las nuevas tecnologías puede ser muy positivo para los estudiantes y puede ofrecerles grandes posibilidades para su  crecimiento personal, pero, si el acceso a la red no va precedido de una adecuada formación, con un sólido pensamiento crítico, convierte a los alumnos en sujetos manipulables, incapaces de comprender la realidad que les rodea y construir sus propias opiniones.

4 comentarios:

  1. Tengo el honor de ser el primero? Uoh! jaja.
    Bueno, totalmente de acuerdo contigo. Con niños que no saben ni solucioanr un conflico sentimental minimo...los sobrecargamos de informacion? Totalmente contraproducente.
    Buena entrada Lola. Me gusta

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  2. Está claro; totalmente de acuerdo contigo, Lola. Es incongruente ¿quién lo entiende? Al fracaso escolar le añadimos ¿cero esfuerzo? ¿cero sentido crítico? ¿Será que el gran dictador quiere precisamente eso, crear sujetos manipulables... MARIONETAS?
    Terror y escalofrío..., y no es broma.

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  3. Totalmente de acuerdo contigo Lola, muy buena reflexión. Las nuevas tecnologías son una manera de comunicarse, una herramienta, no la panacea ni la salvación.

    Yo si creo que pueden utilizarse para motivar al alumno y para comunicarse con ellos, pero como herramientas. Sea con ordenadores o con un buen texto por delante lo que tienen que aprender es lo mismo: saber analizar y comprender lo que tienen delante y tener opinión crítica.

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  4. Los adolescentes actuales se han convertido en unos autómatas precisamente por su inutilidad, alimentada desde el ámbito familiar y el propio sistema educativo. El alumnado se niega a pensar, probablemente porque sea incapaz de ello; "vomitan" contenidos ante la imposibilidad de asimilarlos de forma razonada y crítica.

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